Suicidio- crisis- prevencion

viernes, 20 de septiembre de 2013

EVALUACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD SOBRE SU VIDA:

                           
                  “Frente a todo paciente con riesgo de suicidio lo primero que se evalúa es si el sujeto puede responsabilizarse con su vida o no está en condiciones para ello. Ello implica considerar quién ha sido esta persona, quién es ahora, comparándola con los datos recabados previamente, para hacer patente las diferencias, si existieran, y que pueden precipitar un acto suicida. Aquí queda incluida también, la búsqueda de la parte sana e inteligente del paciente, con la que debemos trabajar para disminuir las probabilidades de llevar a vías de hecho los propósitos autolesivos. Paralelamente, se debe explorar qué otros recursos en la familia y en el medio están disponibles para evitar el intento o el suicidio de la persona”.(1)
                “Al igual que se evalúa la parte sana, debe evaluarse la parte enferma del individuo, es decir, su perturbación mental: si está privado o no de sus facultades mentales y si es capaz de participar de manera constructiva o no en su autoayuda”…(1) hay que evaluar con qué factores protectores cuenta, como estar satisfecho con lo que hace, etc..
              “Luego de este análisis entre quién era este sujeto y quien es ahora, en este momento de riesgo, se pueden dividir las personas potencialmente suicidas en tres categorías:
·       Primera categoría: Personas imposibilitadas de hacerse responsables de sus vidas. En esta categoría se incluyen a los que tienen muy pocos motivos para seguir viviendo”,…(1) (que tienen muchos de los factores de riesgo ya mencionados en entradas anteriores). “Los individuos portadores de enfermedades psiquiátricas graves como la esquizofrenias, los trastornos del humor, la depresión y el alcoholismo complicado; los dementes y retrasados mentales moderado a severos, así como aquellos enfermos físicos portadores de cáncer o SIDA, y los que padezcan de dolor crónico intenso.”(1)
“Por último, los niños deben quedar entre las personas que no son responsables de sus vidas, pues, realmente, no lo son.”(1)
·       “Segunda categoría: Personas con responsabilidad  parcial sobre sus vidas. En esta categoría quedan incluidos quienes padezcan las enfermedades del acápite anterior en determinado momento de su evolución, cuando es posible mantener contacto con el facultativo, son manejables en su medio familiar y sus síntomas actuales no son de gravedad. Se incluyen también los retrasos mentales ligeros, los alcohólicos no complicados y desde luego, a los adolescentes, que aunque no son  enfermos al igual que los niños, requieren a diferencia de éstos, no tutelaje, sino orientación, consejos.”(1)
·       Tercera categoría: Aquí se incluyen a las personas con plena responsabilidad sobre sus vidas, como los que presentan trastornos de la personalidad, enfermedades menores o no graves, enfermedades físicas con repercusión psicológica pero con conciencia lúcida, problemas situacionales sin síntomas de graves alteraciones del funcionamiento psíquico; y, desde luego, los adultos sin trastornos psiquiátricos.”(1)
“Con cada una de estas categorías se debe hacer un intervención diferente…lo fundamental, comprobar si el sujeto puede colaborar con el cuidado de su propia vida y con quienes le quieren ayudar a que se la cuide. Mientras menos cooperación  haya, se deben extremar las precauciones pues es más probable la realización del acto suicida, independientemente del grado de responsabilidad que tenga sobre su vida.”(1)

BIBLIOGRAFÍA:
(1)       PEREZ BARRERO, Sergio Andrés: Psicoterapia para aprender a vivir: Prevenir el Suicidio (I) en la página web: Psicología On Line.


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