“Ante todo, debemos partir del hecho de que se trata de un caso de
urgencia. La palabra “urgencia”,
(del latín: urgentia), alude a la necesidad de una pronta ejecución, celeridad
y rapidez. Estamos frente a una crisis que no puede esperar. El pictograma
chino que significa “crisis” es u
combinación de dos símbolos: “peligro” y “oportunidad”, es decir, puede
aprovecharse el peligro como oportunidad para cambiar”(1)”(2). El problema
radica en quedarse sin actuar, no sólo desaprovechando esa “oportunidad”, sino
que además el peligro en estos casos es un peligro de muerte, por lo tanto, el
daño que se teme, puede ser irreversible. Por otro lado, considerando la etapa
de la adolescencia, también como una etapa de crisis, pero en éste caso, se
debe “entender la noción de crisis como etapa de la vida por la que todo ser
humano debe pasar”(3); uno de los problemas radica en que un intento suicida en
un adolescente se ve influido por esta doble situación de crisis, que lo hace
estar en una posición si podemos decirlo de mayor vulnerabilidad, y urgencia.
“Por lo general, las familias e individuos en crisis se encuentran
estimulados para la movilización y el fortalecimiento de sus recursos con el
fin de superar la crisis, son más receptivos para las intervenciones y tienden
a ser más flexibles que en otras oportunidades.”(2) Por ello, y a pesar de ver
que se trata de familias abandónicas, o que hasta el momento han dejado pasar
los problemas sin actuar, puede ser ésta la única oportunidad para que
“reaccionen” y asuman su responsabilidad sobre la vida de su hijo/a.
Además, “frente al hecho de estar la vida de la persona en peligro, es
necesario proceder con todos los medios disponibles, desde todas las áreas, por
lo cual debería trabajarse con un equipo de profesionales;” (2) sabemos
sobradamente el valor del trabajo interdisciplinario, “psiquiatra,
psicoterapeuta, asistente social, acompañante terapéutico y terapeutas
familiares…(2) (noto con preocupación que no se utiliza la terapia familiar,
como dispositivo terapéutico durante las internaciones en servicios de salud
mental a nivel público, en la Provincia
de Entre Ríos, el abordaje de la familia es en general sólo con Asistentes
Sociales, que en realidad es indispensable, pero no suficiente. Y esto no sólo
para los casos que estamos tratando, sino también debería ser para todos,
justamente es la garantía para la desmanicomialización.
Dentro del equipo interdisciplinario, “el psiquiatra evaluará la
necesidad de hospitalización, es recomendable
en los casos de gravedad, pero no es una panacea contra el suicidio. “Cuando la
internación se emplea como única fuerza curativa en sí misma, constituye una
medida de eficacia dudosa… el cambio de ambiente suele ser útil cuando es
acompañado con psicoterapia y siempre que el cambio de lugar signifique colocar
al paciente en un entorno más favorable y benigno que el original. Los períodos
breves de internación en hospitales de clínica general (como es obligatorio a
partir de la nueva Ley de Salud Mental), pueden brindar protección para el
paciente y condiciones de seguridad, que habilita al terapeuta para efectuar
vigorosas interpretaciones, de todo lo cual se obtiene la catarsis y la
restauración del Yo. El hecho de que en el hospital exista ayuda disponible las
24 hs. del día es en sí un elemento de apoyo esencial.” (2) Pero el personal deberá
estar debidamente entrenado para éste tipo de pacientes, de alto riesgo, y no
sólo por el bien del paciente, sino también por la salud mental de los
trabajadores, especialmente el equipo de enfermería, que está más horas en
contacto directo con el mismo paciente.
“Es
importante señalar que, “no debe dejarse medicamento alguno al alcance de la
mano del paciente, cualquiera sea su naturaleza, porque si aquel está resuelto
a suicidarse, aprovechará cualquier oportunidad para proporcionarse los
productos que crea adecuarse para sus fines. A veces, extrema su astucia para
disimular ante las circunstancias su idea de suicidio.(ver blogs anteriores).
El peligro de intento de suicidio con medicamentos debe temerse, sobre todo, en
el tratamiento ambulatorio. Por eso es recomendable confiar en un familiar del
enfermo la conservación y administración regular de los preparados. Así puede
evitarse al mismo tiempo, que el paciente interrumpa por su propia iniciativa
la medicación y que aumente en consecuencia el peligro de suicidio”(4)(2)(*) Es
importante considerar la posibilidad de que un agente sanitario o enfermero
comunitario administre la medicación del paciente, ya sea comprometiéndolo al
mismo para acudir a recibir la medicación en el Centro de Salud más próximo a
su domicilio, si está en condiciones de hacerlo, y si no asiste o no está en
condiciones, ser el propio agente de salud el que le lleva la medicación a su
domicilio, esto garantiza la adecuada ingesta y continuidad del tratamiento, evitando
sobredosis o automedicación inapropiada, u otro intento suicida.(*)
“El
Asistente Social, evaluará la situación familiar, la capacidad de contención de
estos. Ayudar al paciente una vez salido de la crisis, para la solución de
aquellos problemas que fueron posibles desencadenantes, (problemas
económico-laborales, familiares, marginación social, etc.) o factores de riesgo
(abuso sexual infantil, violencia familiar, bulling, etc.)”(2) Cabe aclarar, lo
visto en otro blog, sobre la necesidad de no asociar la resolución del problema
como efecto del intento o acto suicida, para evitar el “aprendizaje”, de este
método de supervivencia. El paciente tiene que saber que había otras formas de
pedir esa ayuda que requería, y que pueden ayudarlo.
“Los
Acompañantes Terapéuticos tiene la función de:
-
Contener
la ansiedad, angustia y miedos del paciente,
-
Favorecer
el pasaje del hospital a la casa,
-
Compartir
el tiempo libre con el paciente, para evitarle la soledad y el aislamiento.
(Sentimiento que estuvieron presentes previos al acto suicida).
-
Darle
un espacio para hablar de sus fantasías de muerte, sin ser interpretado, porque
se trabaja a un nivel conciente.”(2)
“El paciente
debe saber que todo lo que haga o diga a su acompañante será transmitido al
terapeuta. Los A.T. son intermediarios entre el paciente, el resto del equipo y
la familia.”(2)
“Tiene la
función de sostén, contención y apuntalamiento yoico; a través de la presencia
y la mirada.” (2) Por ello, el gran valor terapéutico de éste profesional, que
lamentamos no están suficientemente valorado e incluido en el equipo
interdisciplinario.
“La tarea del A.T. debe ser
supervisada fuera del equipo terapéutico y dentro del mismo. Además con el
equipo se planificará las estrategias de abordaje, objetivos e instrumentar
actividades acordes a cada paciente.”
“Los terapeutas
familiares deben integrar en las sesiones al paciente. Se trabajará con la
familia especialmente en aquellos casos en que los problemas que precipitaron
el intento de suicidio hayan surgido en la interacción del paciente con los
miembros de su familia. Se fomentará, entonces, la discusión de grupo
tendientes a lograr el insight y la resolución de los problemas conjuntos.”(2)
También, en los casos de adolescentes, es conveniente realizar una intervención
familiar, aunque no sea un problema familiar el descencadenante del intento, ya
que en general la familia, sufre un stress importante frente a estos hechos, y
suelen no poder comprender un fenómeno tan incomprensible, trabajar el intento
de suicidio de uno de sus miembros, puede servirle al adolescente no sólo para
tener una adecuada contención familiar, y compromiso en el seguimiento de
un tratamiento ambulatorio, sino que
puede ser un efecto benéfico para todo el grupo familiar, de lo contrario, el
“fantasma” del suicidio se instala en la familiar, y el temor de que se repita,
o el temor a la imitación en otro miembro, hace que no puedan continuar con sus
vidas de manera natural. Por otro lado, “el equipo de salud debe ofrecer apoyo
emocional a los familiares /cuidadores …Estar al cuidado de una persona con
riesgo de autolesión genera tensión psíquica.”(3)
“También
es aconsejable hacer terapia familiar para contención de los familiares de un
suicida, para favorecer la elaboración del duelo, trabajar la incapacidad del
grupo por percibir a tiempo los pedidos
de ayuda y las señales que anunciaban su intención de suicidarse, elaborar el
sentimiento de culpa que en general dejan entre sus familiares. Evitar posibles
identificaciones con el muerto; porque aunque condenen la actitud del que se
suicidó, pueden tomarlo como modelo de solución posible en caso de presentarse
ulteriormente una situación de crisis. Hay casos en que uno de los miembros se
suicida aún años después de ocurrido el suicidio anterior dentro de la misma
familia.”(2)
BIBLIOGRAFÍA:
(1)YALOM, I.: “Psicoterapia existencial”, Barcelona, Herder,
1984.
(2) FUCHS, Irene C.: “Tesis de Licenciatura: Aproximaciones
de una Psicoterapia frente al peligro de suicidio”, UCA, Bs.As., 1991.
(3) Ministerio de Salud de la Presidencia de la Nación,
Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones: “Lineamientos para la atención
del Intento de Suicidio en adolescentes”, 2011
(4) GEIGY: “El cuadro de la depresión”, Geigy Argentina.
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Y CASOS CLÍNICOS:
La interrupción de la medicación en
pacientes con trastornos de la personalidad graves, es un peligro que debe
evitarse, hubo un caso en que a pesar de advertirle a la madre sobre la
necesidad de que no suspenda la medicación, la paciente no sólo dejo de
concurrir a la psicóloga, sino también suspendió la medicación, con la
autorización de la madre, quien después de fallecida la joven, (tras estar
internada en terapia intensiva, por los daños en el sistema, por haber tragado
agua contaminada, del río en el que se arrojó
delante de su novio, y no se
dejaba rescatar por los prefectos), comentó que le había prometido no hacer más
“locuras”, pero que no quería seguir con la medicación. Es sabido, para los que
trabajamos en salud mental, que aún bien intencionadas, esas promesas son
incumplibles por parte de personalidades tan afectadas, (era una joven que se
encontraba aislada del entorno social, dejó la escuela, se vestía como “emo”, y
después de fallecida, nos enteramos que su habitación también estaba toda
pintada de negro!). Una visita de un agente sanitario o enfermera comunitaria,
que pudiera haber insistido en continuar la medicación sin dejarse convencer, o
ante un rechazo evidente, realizar una intervención desde psicología, buscar
cambiar el tipo de administración a un inyectable, etc.. El haber